Quizás su nombre no te suene, pero Demis Hassabis es una de las figuras más influyentes de la historia de la inteligencia industrial. El CEO de DeepMind, un inglés de 47 abriles, fundó dicha empresa en el año 2010 con la intención de crear algoritmos de enseñanza automáticos cada vez más complejos basados en IA. Tal fue su impacto que, cuatro abriles luego, Google cerró la operación de la empresa que fundó. Sin secuestro, lo más bonito no es eso, sino su particular pasado: estuvo mezclado al mundo de los videojuegos.
Como señala TechSpot, Hassabis está detrás de un posible acuerdo de más de 100.000 millones de euros. Al parecer, esta es la cantidad que querría cambiar Google en la creación de un superordenador similar a Stargate, el tesina más codicioso de Microsoft. No obstante, aunque la carrera de Hassabis en el mundo de la inteligencia industrial ha sido meteórica, ahora que está a punto de conseguir un hito tecnológico sin precedentes muchos se han determinado de sus primeros días bajo la varilla de Peter Molyneux.
Trabajó en Black & White y fundó su propia compañía
Así, muchos ayer de enrolarse en las posibilidades de la IA, Hassabis diseñó niveles y programó algoritmos de inteligencia industrial para videojuegos como Syndicate, Theme Park o Black & White, uno de los simuladores más recordados por los jugadores de PC. Sin secuestro, la deseo de Hassabis y sus ganas de crecer le llevaron a fundar Elixir Studios, una desarrolladora que estuvo detrás de lanzamientos como Republic: The Revolution y Evil Genius.
No obstante, Hassabis se desligó del mundo de los videojuegos hace más de una decenio cuando fundó DeepMind, la prometedora compañía de inteligencia industrial que despertó el interés de Google. Hoy, catorce abriles luego, está a punto de sobrevenir a la historia como el «culpable» de una inversión de 100.000 millones de euros que buscará convertir a Google en el adalid de la inteligencia industrial. Y todo ello, sorprendentemente, tras suceder comenzado su camino en el mundo de los videojuegos.
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