Como quizá sabréis, este final de mayo no ha desencajado nada más Elden Ring: Nightreign como uno de los RPG más importantes del primer semestre de 2025, aunque no ha sido el único. De hecho, y aunque es cierto que el rol lleva primaveras —muchos primaveras— dándonos juegos enormes, este año se están congregando propuestas con una calidad que tan pronto como nos deja tiempo para disfrutarlas todas. Pero cuando son tan buenas como Tainted Grail: The Fall of Avalon, no hay que quejarse. El RPG de Questline hace muchas cosas proporcionadamente, y aunque su exploración no lo convierte en el mejor de su clase, sí logra una correr importante: apelar a tu curiosidad con una idea de Red Dead Redemption 2.
Tainted Grail es un mecanismo enrevesado. Por un banda, la sensación universal es la de estar delante un The Elder Scrolls 5.5, una interpretación mejorada del Skyrim que todos conocemos, con un combate infinitamente superior. Sin bloqueo, el nuevo mecanismo de Questline es mucho más profundo que aquel título de 2011 —el paso del tiempo obliga, claro—, pero incluso es hijo de su época y, como tal, incorpora mecánicas curiosas y aparentemente extrañas para su concepción, como ciertas ideas de survival. Una de ellas es el diario; una excusa perfecta para despegarme un rato de la pantalla y escribir poco antaño del investigación completo del mecanismo.
Tainted Grail: The Fall of Avalon da un incentivo para explorar de verdad
Como en todos los juegos del estilo, tenemos una buena serie de misiones y tareas que se van alargando hasta el infinito —o acortando, según lo maniáticos que seamos y nuestras ganas de completarlo todo—. Pero no me refiero al clásico diario de misiones, sino a uno visual que nosotros podemos ir rellenando. Ya en la primera de las tres regiones del mecanismo, en la fortaleza de los Cuernos del Sur, podemos comprar un diario a la vendedora regional. Acullá de servir para una cometido o tener utilidad futura, es valentísimo para padecer tus memorias.


Al igual que aquel guión que llenaba Arthur Morgan en Red Dead Redemption 2, con el que solo podíamos interactuar para expandir el lore del mundo o las relaciones entre personajes, Tainted Grail quiere que seas tú quien lleve la cuenta de los mejores lugares que visitas —o incluso de los más anodinos—. Eso contribuye no solo a la inmersión, sino incluso a tus ganas de explorar. En este aspecto, como decía, Tainted Grail no tiene el mejor planteamiento. A pesar de incluir ciertas misiones de recadero —el ADN de todo mundo franco—, el equipo polaco trabaja la exploración como nadie al apelar directamente a tu curiosidad.
Tainted Grail quiere que seas tú quien lleve la cuenta de los mejores lugares que visitas
Muchas veces lo hace deformando el mundo, con detalles como un trol encadenado y torturado —sí, eso encuentras en el primer plano—, o destacando torres y fortalezas en porción del bosque. Pequeñas migas de pan que invitan a seguir caminando. No es un mundo plano, aunque siquiera el más interesante del panorama. Pero, gastando tan pronto como un par de monedas, y en el mismo menú donde seleccionas la hoguera, puedes rasgar un diario en blanco con un carboncillo en la mano derecha y dibujar lo que ves. Porque esta es tu aventura, y tú decides qué hacer con ella.


Lo mejor de todo es que, remotamente de ser poco como los dibujos sumi-e del fresco Assassin’s Creed Shadows —que implican encontrar un punto concreto del plano con un guion prefijado—, Tainted Grail permite dibujar con espontaneidad. ¿Un árbol marchito en porción del camino? Puedes hacer un esquema. ¿Un personaje importante como Gallahad, generoso de la Mesa Redonda? Puedes inmortalizarlo. No hay límites para el diario visual y se puede usar tantas veces quieras en todas las ubicaciones que precises, sin cortapisas o impedimentos. ¡Como si quieres dibujar una piedra!
Tus dibujos quedarán guardados en tu inventario como bocetos de tu vida jugable
Es, en la ejercicio, como un modo foto integrado en el mecanismo, pero sin menús y como parte natural del mundo de Tainted Grail. Aunque tiene ciertas limitaciones. No me refiero a errores, sino a la dificultad para entender hasta dónde puede durar. La idea de padecer un diario visual de lo que ves y visitas es tremendamente atractiva y estimula el deseo de explorar y sacar tu banda exquisito. Pero tan pronto como pasa de ser un «caramelito» mecánico e inmersivo. No puedes añadir anotaciones ni comentarios, aunque tus dibujos quedarán guardados en tu inventario como bocetos de tu vida jugable.


Un vistazo al pasado, a la aventura que vas completando y a los personajes o eventos que dejas antes. Es una forma de sentirte parte del mundo. Emula al protagonista de aquella obra maestra del Salvaje Oeste, cuya tendencia por el dibujo no era otra cosa que su forma de dejar un embajador. Al final, gran parte de la historia de Arthur manejo sobre cómo no puede dejar nadie en este mundo una vez se vaya… o sí, dependiendo del final que escojas. Lamentablemente, nadie leerá ese embajador, pero significó un momento de paz para el protagonista.
Tainted Grail quiere que descanses, que no todo sea matar por matar, y que pintes tu propia aventura. Aunque sabías que puedes usar el volumen y el carboncillo para matar? Hacen 33 de daño, así que, con un par de golpes, puedes eliminar a un duende. Ahí lo dejo.
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