antiguamente de The Terminator, el director de Altibajo rodó una peli que ha intentado desterrar de la memoria colectiva desde entonces

Aunque como todo gran director tiene una gran comunidad de detractores detrás, desmentir que James Cameron es uno de los cineastas más importantes de la historia del celuloide sería injusto. Los números conseguidos por sus películas están ahí, ¡más de 8.700 millones de dólares recaudados en taquilla!, y ha demostrado ser un ingenioso iluminado creando y dando forma a mundos de ciencia ficción tan queridos como Alien, Altibajo y The Terminator, por no olvidar su longevo logro, que durante más de una término un dramón romántico de más de tres horas fuera la cinta más exitosa de la historia. Por ello, cuando te pones a mirar su filmografía, cuesta creer que su primer trabajo fuera… Piraña II: Los vampiros del mar.

No es que tenga mucho en contra de este tipo de cine, más de un largometraje parecido ha caído algún fin de semana tedioso gracias a Cuatro o laSexta, pero esta es especialmente soso, un filme sin pies ni capital con un guion que parece estar escrito por un becario de resaca, como la definió Sergio Benítez hace unos abriles en Espinof, que yo particularmente trataría de evitar ver. Pero, ¿qué diantres pasó para que poco así llevara la firma de James Cameron?

De 1997: Rescate en Nueva York a Piraña 2

Para entenderlo debemos conocer la carrera del cineasta canadiense antiguamente de convertirse en director realizando diferentes tareas técnicas en películas no muy conocidas, a excepción de 1997: Rescate en Nueva York de John Carpenter donde trabajó en la construcción de sus decorados. Iba de un esquema a otro y Piraña II: Los vampiros del mar iba a ser el sucesivo. Fue contratado como director de VFX, pero la salida del director a cargo de la película, Miller Drake, tras un choque con Ovidio G. Assonitis, productor ejecutante del filme, le permitió coger la vara.

Piraña 2
Piraña 2

Las disputas creativas de su antecesor debieron ser un aviso para Cameron, pero es de suponer que vio en este encargo un trampolín para poder dar un buen brinco en la industria. Y de hecho lo acabaría haciendo, pero no sin antiguamente apurar siendo todavía reemplazado tras solo dos semanas y media de rodaje. «Simplemente me despidió y se hizo cargo, que era lo que quería hacer cuando me contrató. No fue hasta mucho posteriormente que me di cuenta de lo que había pasado. Cuando eso conmemoración conmemoración haberme dicho: ‘Vaya, pensé que lo estaba haciendo acertadamente'».

«Pero no quisieron quitar mi nombre de la película porque [contractualmente] no podían entregarla con un nombre italiano», añadía el cineasta. Así que me dejaron, hiciera lo que hiciera. No podía hacer nulo. Ni siquiera conocía a un abogado«, declaró el director en una entrevista recordando cómo por aquellos abriles dormía en el sofá de un amigo, por lo que meterse en una batalla admitido con un productor, fuera pequeño o espacioso, no era una opción para él. Y así quedaron las cosas.

«La mejor película sobre pirañas voladoras»

Piraña II: Los vampiros del mar puede hallarse actualmente en servicios de arrendamiento como Rakuten a cambio de 2,99 euros y no deja de ser, en palabras del bueno de James Cameron (entre bromas), «la mejor película de pirañas voladoras en la vida hecha». Si la has gastado y quieres dejarnos tu experiencia, ¡no dudes en hacerlo!

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