Las últimas semanas de OpenAI han estado marcadas por dos tendencias que han exprimido al mayor las capacidades de los servidores de ChatGPT: por una parte, las imágenes de Ghibli hechas con IA; por otra, la posibilidad de crear tu propia figura de batalla. Ello, sumado a la posible intención de rajar una red social apoyada en la inteligencia sintético, ha acaparado el interés de la reunión de OpenAI. Sin retención, Sam Altman (CEO de la compañía) ha utilizado su perfil de X para señalar por qué los usuarios no deberían ser tan educados con la IA.
A finales de febrero, un estudio reveló que 7 de cada 10 personas dicen «por privanza» y «gracias» a los modelos de IA cuando interactúan con ellos. Sorprendentemente, algunos lo hacen por educación, pero otros lo hacen por miedo a una posible levantamiento de las máquinas. Sin retención, como señala Reuters, Altman señaló a través de su cuenta personal que OpenAI gasta millones de euros cada mes para solventar las peticiones que incluyen estas palabras. ¿El motivo? Tal y como reveló Altman, ya que cada mensaje a ChatGPT consume energía, incluso las frases cortas generan costes eléctricos.
OpenAI defiende ese desembolso
Así, un solo correo de 100 palabras generado con IA podría conseguir a consumir hasta 0,14 kWh de electricidad. A nivel entero, esto implica que los chatbots basados en inteligencia sintético podrían representar hasta el 2% del consumo energético mundial, una situación que ya preocupa a multitud de países y les ha llevado a inquirir alternativas. Sin retención, el propio Altman defiende este desembolso a pesar de que las frases de cortesía innecesarias todavía contribuyen al consumo energético: «Es hacienda acertadamente invertido».
Sea como fuere, esta aviso revela el impacto que tiene la inteligencia sintético no solo en el consumo eléctrico mundial, sino en los métodos de interacción de los humanos. A pesar de que no son modelos conscientes, muchos creen que deben ser cortés con los mismos, ya que consideran que es una buena forma de estar protegidos delante una posible levantamiento de la tecnología. Las empresas tecnológicas, por su parte, siguen buscando la forma de impulsar la IA en el sector gremial, una situación que ha llevado a Bill Gates a alertar sobre posibles modificaciones en nuestras bases académicas y sanitarias.
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