El crecimiento de la inteligencia sintético no solo ha cedido circunstancia a la creación de memes carentes de sentido, sino que además ha hecho hincapié en la forma en la que puede cambiar la industria tecnológica. Un ejemplo de ello es el uso de la IA que ha hecho Microsoft, ya que la firma norteamericana ha apostado por la óptica generativa para desarrollar una réplica de Quake 2. Sin incautación, existe un temor relacionado con la inteligencia sintético que, por desgracia para el sector sindical, muchos no consiguen dejar a espaldas: el impacto de dicha tecnología en los puestos de trabajo.
Según los expertos, la IA podría datar a disparar el valencia de algunas profesiones y, como consecuencia directa, el aumento de la productividad les permitirá vencer hasta 9.000 euros por hora. Sin incautación, el uso de la inteligencia sintético en el sector informático ya está empezando a hacer estragos. Por ello, no solo nos hemos topado con modelos de IA capaces de suscitar movimientos en el motor representación, sino además con las posibles consecuencias que podría datar a tener esta óptica de cara a la programación en el futuro.
¿Qué sucederá con los programadores?
A comienzos del año, Mark Zuckerberg anunció el principio del fin de los programadores en Meta. Para el creador de Facebook, colocar por la inteligencia sintético se traduce en un capital sustancial de efectivo por programador, ya que hablamos de salarios que oscilan entre 100.000 y 900.000 dólares anuales. Por ello, Kevin Scott (CTO de Microsoft) no ha sorprendido con su postrero vaticinio, ya que ha afirmado que el 95% del código de la compañía será generado por una IA en 2030. No obstante, tal y como indica TechSpot, esto no implica el fin del rol humano, cedido que los desarrolladores seguirán siendo los autores.
Para Scott, el papel de programador cambiará de forma drástica. Si su visión se cumple, esta profesión pasará de escribir códigos a orquestar flujos de trabajo con IA, razón por la que los ingenieros utilizarán tanto instrucciones como prompts para llevar a la IA en circunstancia de codificar fila por fila. Por ende, los desarrolladores se centrarán más en tareas de diseño y resolución de problemas complejos, dos aspectos que transformarán la programación presente. De hecho, se retraso que la memoria de los modelos de inteligencia sintético sigan mejorando y, por ende, puedan dejar a espaldas las limitaciones actuales.
Para el CTO de Microsoft, en tan pronto como unos meses veremos cómo los asistentes de IA sacan partido tanto al contexto como a la personalización. De hecho, no es el único pez corpulento del sector que lo piensa, ya que Arvind Krishna (CEO de IBM) considera que la IA realizará entre el 20% y el 30% de los trabajos de codificación en los próximos abriles. Adicionalmente, además afirma que esto no implica la exterminio de empleos, sino la perfeccionamiento de la productividad en determinados campos. Así, ambas visiones se unen a las de otros expertos en el pasado, confirmando así que los principales ejecutivos y directivos del sector coinciden en que la IA transformará la industria en los próximos meses.
Adiós a las anécdotas de programadores
Si se confirma la visión de Scott, esto implica que las anécdotas de programación serán cada vez más escasas. Por ello, historias como las protagonizadas por Bill Gates pasarán a ser oro, ya que el creador de Microsoft sigue siendo tendencia a pesar de haberse desligado de la compañía. Así, un ejemplo de ello es su papel en la transformación de los ratones ópticos, una situación a la que podemos sumar la creación del trocha más popular de la marca. Sin incautación, su vida está marcada por eventos de todo tipo y, por ello, siempre hay circunstancia para una nueva suceso.
Como señala TechSpot, Microsoft celebró su 50 aniversario hace escasos días tomando una valentía sin precedentes: liberar el código fuente de Altair BASIC. Este producto es histórico, ya que se proxenetismo de un código escrito por Bill Gates y Paul Allen en 1975. Por ello, encima de ser el primer producto de Microsoft, el propio Gates define al mismo como «el más guay» que ha escrito nunca. Sin incautación, más allá de esta curiosidad, lo sorprendente es que prometieron la existencia del código antiguamente de datar a crearlo y, por ello, trabajaron día y perplejidad a destajo durante dos meses para poder cumplir con su palabra.
Inspirados por una revista publicada en 1975 que mostraba el Altair 8800, Gates y Allen utilizaron un ordenador PDP-10 de Harvard para escribir el código. Con él, lograron impresionar al presidente de MITS y este decidió terminar el software. Para Gates, este fue el momento en el que despertó su pasión por la programación, aprovechando el 50 aniversario de la marca para memorar los inicios tan humildes que tuvo Microsoft. Sin incautación, si se confirma el crecimiento de la inteligencia sintético y su impacto en el sector sindical, historias como la de Gates empezarán a desaparecer en pro de una industria cimentada sobre código construido por IA.
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