El estreno (no tan) sorpresa de Oblivion Remastered nos ha poliedro la oportunidad de revisitar el magnífico universo de invención de Tamriel con una de sus aventuras más recordadas, especialmente porque fue para muchos el primer The Elder Scrolls. Y esto es importantísimo porque la nostalgia golpea cachas cuando abandonas tu cautiverio y se abre delante ti un colosal mundo libre que pide a gritos ser explorado. Sobre todo con el renovado apartado manifiesto que atesora este imponente trabajo de Bethesda y Virtuos, que a simple presencia parece más un remake que una remasterización. No lo es; ni tan siquiera a pesar de haberse introducido cambios en su diseño. Y esto puede convertirse en un gran problema no solo para las nuevas generaciones que descubren hoy el magnífico The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered, sino todavía para todos aquellos que han olvidado cómo eran los RPG de hace 20 abriles.
Por esa misma razón y aunque me parece maravilloso retornar a Oblivion en las condiciones actuales, es una pena que Bethesda no haya ido un pasito más allá dando forma a un remake con todas las de la ley, mejorando y actualizando muchas de las partes «más viejas» de la experiencia llamativo. Porque seamos honestos. Hay muchos detalles de este RPG de invención que tras todos estos abriles siguen asombrando, como su decisión de actividad o la increíble sensación de aventura que transmite al explorar las tierras de Cyrodiil; pero en la misma medida hay otros aspectos del solaz que se han quedado francamente anticuados. Empezando por el combate, que si adecuadamente ha recibido ligeras modificaciones, se siente arcaico; muy acullá de lo que hemos gastado en otros RPG más recientes como Avowed, por ejemplo, que resulta infinitamente más dinámico.
Es un RPG de su tiempo, claro, y es lo que había en aquel entonces; pero gastado en la ahora, es a todas luces un sistema de combate torpe y falto de profundidad. «Nunca pretendimos rehacerlo […] el contenido llamativo al que jugaste debía permanecer como lo recuerdas, pero gastado a través de la tecnología contemporáneo», aseguran sus responsables. Y es legal, pero se siente como una oportunidad perdida. Curiosamente, antiguos empleados de Bethesda tienen una opinión similar… aunque relacionada con otro solaz muy diferente. Estos últimos días un ex del estudio ha llegado a afirmar que un futurible Fallout 3 Remastered tendría que mejorar mucho su combate, aspirando a alcanzar poco más cercano a lo gastado en Fallout 4. Que creo que es lo que se tendría que ocurrir hecho todavía con Oblivion.


El polémico coche levelling de Oblivion
Puede que alguno de vosotros lo haya olvidado, confieso que a mi me pasó, pero rememorando con el equipo de 3DJuegos nuestras andanzas por el mundo de Oblivion hace ya 20 abriles, prácticamente todos ellos terminaron lamentándose del coche leveling del solaz. ¿Cuál era el problema? En esencia, como todos los habitantes de Tamriel subían de nivel a tu ritmo, se daban situaciones tan absurdas como que un simple cangrejo de los que aparecían al inicio de la aventura podían matarte como si tal cosa. Puesto que no había conclusión, la sanidad de los enemigos crecía y crecía de forma desmesurada llegando al extremo de convertirse en auténticas esponjas de daño. Especialmente porque al alcanzar el nivel 26 tu potencial de producir daño prácticamente llega al mayor, pero los monstruos siguen ganando más vida y más resistor.
Es una pena que Bethesda no haya ido un pasito más allá
Al final desaparecía la sensación de progreso, de distinguir que eras mucho más cachas que al inicio del delirio. E incluso esto provocaba que si te topabas con un armamento legendaria al principio, a las pocas horas, fuera poco menos que un trasto inservible. Bethesda y Virtuos han retocado este sistema para asemejarlo al de Skyrim, que siguiendo la misma filosofía no resultaba tan chocante, pero el problema de cojín sigue estando ahí. Un remake más profundo habría permitido al estudio tomar otros caminos, como ya hicieran con Starfield; pero hay otras opciones sencillas como simplemente confinar el nivel de sanidad de los enemigos para que, llegado un punto, se quede ahí. Porque al final las batallas en Oblivion terminaban convirtiéndose en un un desafío tedioso, y no emocionante, al centrar su dificultad no tanto en la actividad / reacción y sí en el abrumador nivel de sanidad de los rivales.
Otro problema derivado de esta situación es que podías terminar controlando un personaje ineficiente para el combate. Y aunque obviamente parte de la experiencia de un RPG consiste en cometer errores y formarse de ellos, todavía lo es recrearse como te plazca y crear al personaje que más te apetezca. Cosa que no siempre era posible en Oblivion porque un error de cálculo podía hacer que tu héroe no rindiera como debía. Había bonus poco menos que inservibles y algunas decisiones sobre la progresión que necesitaban una revisión mucho más profunda que la que se ha hecho en este remaster.


Los portales a Oblivion
Hay por supuesto otras cuestiones que ya en su día no terminaron de convencer a todo el mundo, como las torres de los Daedra. Por supuesto que la idea de atravesar un portal y plantarse en centro del reino de estas criaturas demoníacas era (y es) emocionante, pero con demasiada celeridad te das cuenta de que estas misiones son siempre idénticas provocando que acabes harto de ellas. Hablamos de prácticamente 100 portales a Oblivion y al punto que existen 7 variaciones en los retos que proponen, por lo que te puedes hacer una idea de lo repetitivo que se vuelve intentar apurar con todos ellos.
Que un solaz con casi 20 abriles de historia a sus espaldas siga siendo a día de hoy, y a pesar de sus fallos, una obra imprescindible dice mucho de lo increíble que es este RPG de Bethesda Softworks. Y no se puede desmentir que su remasterización es espectacular, hasta el punto de que un ex de Bethesda cree que lo de Remastered se le queda corto a Oblivion. Pero precisamente por esa misma razón, por ser un solaz tan importante y por ocurrir transcurrido tanto tiempo, es una pena que se hayan «conformado» con simplemente traerlo de dorso con unos gráficos espectaculares (y sin modo foto, para desgracia de algunos).
Oblivion fue un solaz fundamental que sentó las bases de lo que vendría posteriormente con Skyrim, llevando el universo The Elder Scrolls a un divulgado masivo que hasta entonces se había mantenido acullá de esta serie de rol y invención.
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