Frente al pelea de demostrar hasta qué punto eres más inteligente que el resto, viene perlas tener a mano una prueba gráfica que destaque el nivel de excepcionalidad que atesoras. Por suerte para Elon Musk, ese documento es un test de aptitud de la Universidad de Pretoria, en Sudáfrica, donde alcanzó la máxima calificación tanto en operaciones computacionales como en programación.
La prueba compartida por su mamá, Maye Musk, destacaba cómo nadie hasta el momento había pillado esa calificación. Tal y como recogía el propio Musk: «Me dijeron que tenía la mejor puntuación de aptitud en ingeniería que habían manido nunca. En otras palabras, no está mal para un humano, como podría afirmar una futura IA”. Lo que tanto la orgullosa mamá como el multimillonario parecen desconocer es que el vicio preferido del CEO puede acortar hasta en 10 puntos su coeficiente intelectual.
Cómo se mide el CI de un saburía
Midiéndose a través de una serie de pruebas que analizan habilidades de prospección, método, percepción espacial o incluso procesamiento verbal, el coeficiente intelectual se considera una medida relativamente estable. Es, por así decirlo, lo más equivalente que tenemos a entender cómo somos de inteligentes en comparación con el resto.
Cerca de destacar que el concepto de inteligencia es a menudo una construcción abstracta. Una prueba de coeficiente intelectual demuestra hasta qué punto eres bueno haciendo pruebas de coeficiente intelectual, pero aunque no es una verdad absoluta y depende en gran medida de la educación previa que hayas recibido, es el mejor acercamiento que tenemos para segmentar a la población o detectar que un crío puede estar por encima de la media.
Digamos que, aunque al enfrentarnos a este tipo de pruebas la mayoría estamos en una media de puntuación de entre 85 y 115, es obvio adivinar, no sólo por el citado examen sino incluso por comentarios similares, que en aquella época Elon Musk habría estado en el 2,5% de la población que queda por encima de 130 puntos. Lo de “en aquella época” no está colocado ahí al azar.
El tema es que, pese a que Elon Musk parece deber demostrado habilidades cognitivas excepcionales desde muchacho, siendo ese examen universitario de récord el mejor ejemplo de ello, lo que la población militar suele desconocer es que el coeficiente intelectual no es perdurable. Hay factores que, con el tiempo, pueden acortar drásticamente nuestras capacidades y, de hecho, el multimillonario podría marcar muchas de esas casillas.
La obsesión de Elon Musk que reduce su coeficiente intelectual
Si de poco alardea Elon Musk casi a diario es de lo mucho que trabaja, un vicio que trae consigo varios problemas asociados en lo que se refiere a ver menguada la capacidad intelectual. El CEO ha obligado en varias ocasiones, por ejemplo, que duerme poco. Según un estudio inglés del Centro de Investigación del Sueño de la Universidad de Loughborough demostró que afectaba a la capacidad de racionalismo, a la coherencia filología y reducía el coeficiente intelectual.
Sumemos factores de aventura adicionales como una dieta poco saludable capaz de acelerar el envejecimiento del cerebro, la errata de actividad física que ha demostrado ser esencia para acortar el rendimiento clásico en los jóvenes, o el estrés prolongado y su capacidad de, mediante modificaciones químicas, alterar el funcionamiento del cerebro de forma negativa.
Pero si hay una diámetro roja esencia que destacan este tipo de estudios, una capaz de acortar el coeficiente intelectual hasta en 10 puntos, esa es la del vicio de Elon Musk por excelencia. Equiparable al sorpresa de no descansar durante una perplejidad, y aún peor que estar bajo los mercancía de sustancias blandas, un estudio de la Universidad de Londres demostró que la multitarea es, probablemente, una de las actividades más nocivas para la inteligencia y la productividad.
Al frente de seis empresas multimillonarias como son SpaceX, Tesla, xAI, Neuralink, X y The Boring Company, el nivel de tareas simultáneas al que se enfrenta Elon Musk casi a diario son una fuente de ansiedad y cortisol capaz de confundir la mente y conseguir que funcione un 40% por debajo de sus posibilidades. Lo peor de todo es que, encima, el multitasking genera una yuxtaposición de dopamina que empuja al cerebro a despabilarse cada vez más desafíos y nos engaña haciéndonos creer que estamos completándolos a la perfección.
Ver a Elon Musk sumarse cada vez a más y más retos, queriendo controlar desde la conquista del espacio hasta la salvación de las finanzas gubernamentales, parece el consumado ejemplo de hasta qué punto ese acercamiento parece de lo más acertado. Viendo cómo a longevo número de retos peor le va con sus resultados, termina de confirmarlo.
Imagen | Steve Jurvetson
En 3DJuegos | Gabe Newell ha anunciado un chip cerebral para 2025. Si el de Elon Musk sirve para corretear a Steam, este incluso quiere salvarte la vida
En 3DJuegos | Bill Gates ha claro la enfrentamiento a Elon Musk y promete desgastar toda su fortuna tras ver amenazado su trabajo. Es una batalla que viene de acullá