Que el mundo del fútbol puede ser un pozo de rarezas frente al que a veces duele los luceros asomarse es una sinceridad que hace abriles dimos por sentada. Que nunca dejará de sorprendernos es tan evidente como que ahora mismo medio Twitter esté alucinando con que Pedri esté obsesionado con los calvos. Tras la evidente broma respecto a las filias del atleta del Barcelona, toca hacerle hueco al examen, especialmente porque Hollywood lleva abriles aprovechándose de ello de la mano de estrellas como Vin Diesel, Bruce Willis o Jason Statham.
Tras abrirle la puerta a los comentarios al afirmar hace un año: «siempre he querido quedarme pelado, no sé por qué», el futbolista del Barcelona ha vuelto ser pasto de la broma al hablarse de cómo lo que empezó con su pasión por Andrés Iniesta ha terminado con el beso a la calvicie de un miembro del equipo técnico como ritual de buena suerte ayer de cada partido. A la obsesión por los calvos, tan verdadero como la vida misma para buena parte de la población masculina, podríamos llamarla la teoría del pavo verdadero inverso.
La obsesión por los calvos entre los hombres
La secreto detrás de esta afecto con destino a los calvos, y la razón por la que es más popular que los veamos en películas de energía especialmente orientadas al manifiesto masculino, está en los estudios que destacan que los varones con vanguardia rapada resultan un 13% más dominantes, un 6% más seguros y un 10% más masculinos que los que no lo son. De hecho, hasta parecen más altos y fuertes a luceros de otros hombres.
Es especialmente destacable porque, más allá del fetiche, la sinceridad es que el peculiaridad parece crear una mezcla de dominancia, virilidad y reflexión que convierte a los calvos en una suerte de figura paterna que denota confianza y autenticidad. Desde que en 1996 se estudiase la comparación entre status social y alopecia, la idea no ha parado de crecer.
A diferencia de lo que ocurre con el pavo verdadero, donde el ornamento señala una calidad genética capaz de marcar su posición social, la alopecia hace calibrado lo opuesto remarcando esa virilidad y status basado en la idea de una dominancia no agresiva. Dicho de otro modo, su posición social viene marcada por la experiencia, no por la fuerza bruta, pero motiva que el resto de varones le cedan su status. Es, tal y como recogían en Reddit, un pavo verdadero inverso.
Aunque ejemplos de Hollywood como los de Jason Statham, Bruce Willis, Vin Diesel o The Rock resultan más que evidentes frente a esa teoría, en sinceridad no hace equivocación atenerse al mundo del cine. Kratos podría ser el mejor ejemplo de esa curiosa obsesión que la humanidad parece tener con los calvos, pero más aún un Agente 47 de Hitman que, allá de ser el personaje más carismático de la historia, se convirtió en 2024 en el tercer personaje más icónico del videojuego por detrás de Mario y Lara Croft. Los calvos están de moda, parece ser.
Imagen | Pedri González
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