Si adecuadamente con el tiempo a la hora de pensar en The Terminator lo hacemos en cintas de ciencia ficción palomiteras en la que no faltan grandes secuencias de influencia, la primera entrega de la clan tuvo un sujeto «slasher», por llamarlo de alguna forma, donde los espectadores debíamos sumergirnos en una historia repleta de tensión con su protagonista tratando de huir de un adverso implacable, un T-800 interpretado de 10 por Arnold Schwarzenegger. Se sentía en muchos puntos una película de terror, un categoría al que han querido retornar ahora sus últimos cómics.
Lo pude comprobar hace unos días cuando me quise deletrear un cómic de la última colección de Terminator publicada por Dynamyte Entertainment donde daban una historia de origen (otra de las muchas que ya nos han poliedro) sobre por qué y cómo los T-800 cubren su exoqueleto con piel humana. La leída del tebeo era conveniente macabra, y me dejó con ganas de profundizar más en la serie. Así, he querido darle una oportunidad a Terminator #5 y he descubierto un brinco más en el tiempo de Skynet, esta vez no para matar a la origen de John Connor, sino para torpedear una de las primeras misiones espaciales de la NASA en los abriles 60.
Un par de viñetas conveniente asquerosas
En 32 páginas escritas por Declan Shalvey con Joe Mulveya los lápices, se nos presenta una ficticia delegación del software Gemini para poner en recorrido un comparsa con la que se pierde el contacto desde Houston. Para completar dicho encargo, la NASA envía otra nave tripulada y es ahí cuando descubrimos, por si había alguna duda, que el espacio y la ingravidez no frenan a los cyborgs asesinos enviados desde el futuro como Skynet, pero sí provocan que pierdan su piel, dejándonos un par de viñetas que de ser adaptadas a imagen positivo serían un tanto asquerosas. En definitiva, una prueba más de lo terrorífica que puede ponerse esta franquicia.
La historia en sí, sinceramente, no aporta mucho nuevo a la mitología de Skynet y Terminator, siendo un simple relato rotativo más que nos permite imaginar qué es lo que pasaría de colarse un T-800, o algún maniquí parecido, viajara al espacio, y el muy complicado decorado para su supervivencia en que los astronautas se verían inmersos. El cómic, eso sí, nos deja un mensaje final donde se compara la deseo humana de explorar y correr a las estrellas con la implacable búsqueda de control de Skynet, todos ellos, siempre, tratando la Tierra como su hogar.
Veremos qué nuevas historias nos trae esta colección pronto. Mientras, puedes revisionar The Terminator en Filmin y otras plataformas de streaming. La clan se está tomando un alivio en cines tras el fracaso que fue Terminator: Dark Fate, si adecuadamente James Cameron afirma tener una idea para otra peli. Mejor le fue las cosas a la clan en Netflix con el anime de Terminator: Zero, del que ya dimos cuenta. Para finalizar, sabemos que hay un videojuego de supervivencia en marcha.
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