Un boceto con corbata. La odisea burocrática de los muertos que te hará pensar en los vivos – Grim Fandango Remastered

Cuando Grim Fandango llegó al mercado en 1998, nadie esperaba que uno de los juegos más divertidos y visualmente originales de LucasArts fuera, al mismo tiempo, una sátira sobre la burocracia. Ambientado en una lectura noir del Inframundo inspirada en la civilización mexicana del Día de Muertos, el pernio nos pone en la piel —bueno, en los huesos más adecuadamente— de Manny Calavera, un agente de viajes para almas recién fallecidas. Pero su trabajo, acullá de ser espiritual, es totalmente oficial (y sí, soso).

Desde su oficina en el Área de la Asesinato, Manny debe traicionar «paquetes de tránsito» para cruzar al Noveno Inframundo, el paraíso final. Pero hay un problema: no todos sirven para comprar los viajes más rápidos, como el codiciado tren Número 9. Y ahí es donde Grim Fandango empieza a musitar de cosas muy humanas, en un mundo que, paradójicamente, ya ha dejado de serlo.

Un reflexivo en huesos del sistema verdadero

El gran oportunidad de Grim Fandango es que su mundo no es mágico ni caótico, sino estructurado con las mismas reglas aburridas y complicadas de cualquier oficina público. Hay formularios que rellenar, permisos que solicitar, archivos perdidos que inquirir en sótanos polvorientos. Las almas no pueden avanzar porque cierto se olvidó de poner un sello una hoja. ¿Te suena?

Este sistema kafkiano no es solo una broma estética. Es una crítica oculta (y a veces no tanto) a cómo las estructuras que supuestamente ayudan a las personas pueden, en verdad, dejarlas atrapadas. Adicionalmente, Manny descubre que el sistema está amañado: las almas buenas no reciben el tren rápido porque sus billetes son robados por funcionarios corruptos. La redención no depende de la recatado, sino de la trámite del papeleo. En este mundo de muertos, lo más terrorífico no es el más allá, sino los procesos administrativos eternos.

Grim Fandango Remasterizado
Grim Fandango Remasterizado

Una odisea clásica con corazón indignado

Como pernio, Grim Fandango sigue la tradición de las aventuras gráficas de LucasArts: exploración, puzzles más o menos complejos y diálogos con un toque cómico que me encanta. Pero lo que lo diferencia del resto es su medio: una mezcla de cine indignado, humor seco y folklore hispanoamericano, sostenida por un guion brillante de Tim Schafer. Cada atmósfera —desde oficinas sombrías hasta estaciones de tren fantasmas— refuerza la idea de un sistema en ruinas que los personajes intentan navegar sin esperanza.

Manny, interpretado por Tony Plana, es un protagonista que mezcla resignación con la indulgencia. No es un héroe clásico, sino un trabajador atrapado en una rueda que paseo sin sentido. Su desarrollo, de burócrata desmotivado a justiciero del Inframundo, es todavía una crítica al conformismo. Solo cuando decide romper las reglas empieza a encontrar el sentido de su «vida».

Y es en esa desobediencia donde el pernio brilla: Grim Fandango no se alcahuetería solo de avanzar, sino de liberarse. Liberarse del papeleo, de los superiores corruptos, de un sistema que no premia la bondad sino la obediencia.

Un boceto que sigue vivo

Grim Fandango fue aclamado por la crítica en su tirada, aunque sus ventas iniciales no reflejaron el impacto que tendría en el mundo de las aventuras gráficas a grande plazo. Con el paso del tiempo, el pernio ha sido reivindicado como uno de los mejores títulos de la historia del mercancías. Su remasterización en 2015, con gráficos mejorados y controles más amigables, permitió que una nueva gestación conociera esta obra única.

Grim Fandango Remasterizado
Grim Fandango Remasterizado

Más allá de su jugabilidad, Grim Fandango ha sido analizado desde perspectivas académicas como una metáfora de la alienación gremial. La oficina de Manny no es solo un atmósfera; es una prisión con horarios, jefes autoritarios y cadenas de mando absurdas. La risa que provoca su mundo no es solo divertida, sino que todavía es amarga.

En 2025, más de 25 abriles luego, el pernio sigue siendo relevante y sigue teniendo sentido. En un mundo donde los trámites digitales nos desesperan y las ineficiencias administrativas nos afectan a diario, Grim Fandango parece más verdadero que nunca.

Vencer es realizable, hacer trámites es difícil

Grim Fandango no necesita gráficos hiperrealistas ni combates espectaculares para dejar huella. Su verdadera fuerza está en cómo toma un tema tan etéreo como la crimen y lo convierte en un reflexivo cruelmente exacto de la vida moderna. Con humor, con estilo y con toneladas de ingenio, el pernio nos invita a mirar al otro costado… y vernos a nosotros mismos atrapados en el mismo embudo de sellos, formularios y pasillos.

Ningún otro videojuego será capaz de hacerme sentir lo mismo que logró la última gran aventura de LucasArts. Grim Fandango y los recuerdos que nunca mueren

Manny Calavera no solo es un personaje carismático; es el símbolo de todos los que alguna vez hemos querido hacer las cosas adecuadamente, pero nos damos de bruces con sistemas que parecen diseñados para hacernos fracasar. Su alucinación no es solo físico: es existencial. De trabajador explotado a revolucionario, de títere del sistema a arquitecto de su destino.

Y eso, en el fondo, es lo que hace de Grim Fandango una obra inmortal. Porque incluso en el más allá, seguimos luchando por sentido, equidad y, a veces, por un simple billete de tren.

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